El Triunfo de La Fe sobre El Hecho

“Cuidar de ellos hasta el día catorce del mes, cuando todos los miembros de la comunidad de Israel deben sacrificar en el crepúsculo. Entonces son parte de la sangre y poner en los laterales y parte superior de los marcos de las puertas de las casas donde comen los corderos.”-Éxodo 12:6 – 7 

La historia del éxodo viene a una acción. Según la tradición judía, las cuatro quintas partes de los israelitas no dejaron Egipto. Ellos no estaban listos para salir en fe y seguir a Yahweh, a través de su siervo Moisés en el desierto y un destino desconocido. Pero para quienes lo hizo escapar de las garras brutales de los egipcios, todo vino abajo a después de este uno comando: “… todos los miembros de la comunidad de Israel les deben sacrificar en el crepúsculo. Luego deben tomar parte de la sangre y ponerla en los laterales y parte superior de los marcos de las puertas de las casas donde comen los corderos.” 

Sólo aquellos que sacrificaron el cordero y pusieron su sangre en los dinteles se salvaron de la última plaga que mató a todo primogénito en Egipto. Y sólo las familias fueron redimidas. ¿Qué fue tan importante este acto único? 

Considerar los hechos. Este acto equivalía a suicidio. Ovejas eran consideradas a dioses en Egipto. Matar a un dios egipcio le ira sin duda los egipcios y muy probablemente les llevaría a cada hogar con la sangre de su “Dios” con horcas en sus manos. Además, los israelitas fueron enormemente superados en número por los egipcios. Y por último, aunque Yahweh ya había afligido a los egipcios con nueve plagas y varias veces ha demostrado su fuerza y poder, Faraón había no retrocedió. ¿Por qué sería él atrás ahora? 

No sólo eso, pero Moisés habían prometido sólo tomar a los israelitas de Egipto y en el desierto donde se adoran a Yahweh. No había explicado a ellos como viven en el desierto, cómo encontrarían agua y alimentos o Cómo sobrevivirían los elementos ásperos o las Naciones invasoras. El hecho de fue